Análisis Warhammer 40.000: Boltgun

por Juan Cash

Hoy vamos con un boomer shooter y habrá quien diga ¿Qué es eso? Pues muy sencillo, es un shooter con estética de los 90 —periodo donde los boomer dominaban la faz de la tierra— o lo que es lo mismo, shooters modernos que beben de clásicos como Doom, Wolfenstein o Quake.

Desde Focus Entertainment y más concretamente el estudio Auroch Digital, se ha encargado de adaptar la franquicia Warhammer 40k (los que llevan pistolas) a éste estilo tan particular y el resultado es un videojuego divertidísimo con buenas dosis de nostalgia pero que va más allá para adaptar la propuesta a los tiempos modernos sin renunciar a la esencia del retro, que viene a ser jugar por diversión pura y dura, sin más.

En la partida encarnamos a un marine espacial que por orden de los inquisidores acude a investigar una brecha que parece estar escupiendo hordas del caos, la misión sale regulín y terminamos solos en pleno desastre, bueno… no exactamente solos ya que contamos con una calavera parlante y muchas, muchas armas. Pero vaya, que la historia aquí es un poco lo de menos, por eso que os decía, lo importante es la diversión y esta viene en forma de lluvia de balas y trocitos pixélicos de enemigos por todas partes. Somos una picadora de carne y es maravilloso.

Warhammer 40.000: Boltgun se desarrolla en tres actos divididos por niveles que nos llevarán a recorrer diversos parajes, que van desde fortalezas nevadas hasta el fuego de la forja. Aquí es donde se encuentra lo mejor y lo peor. El juego funciona de maravilla cuando empiezas un nivel y vas destrozando enemigos. El gunplay se siente maravilloso y la variedad de armas así como de habilidades nos hace volar a ritmo de metralla. Insisto es una maravilla, aquí no hay coberturas ni estrategias, somos un elefante en el campo de batalla y pese a la estética noventera nos encontramos con una IA que en dificultades avanzadas nos dará más de un dolor de cabeza. El problema nos viene con su diseño de niveles o más concretamente con la dimensión de ellos, ya que son bastante grandes y diría que es inevitable que nos perdamos antes o después. En muchas ocasiones tendremos que buscar llaves que nos permitan avanzar y eso nos lleva a buscarlas y por ende a explorar, si el juego es brutal cuando disparamos… se desinfla por completo cuando avanzamos por la nada. La ausencia de enemigos convierte todo en un páramo aburridísimo de paseos absurdos sobre nuestros pasos. Sería un problema menor si fuese algo puntual, pero me temo que me ha ocurrido en uno de cada dos niveles. El problema se acentúa debido a su estética ya que muchos niveles repetirán zonas 1:1 y no sabremos si avanzamos en sentido correcto o vamos de vuelta sobre nuestros pasos. Es sin lugar a dudas un problema que lastra lo maravilloso del conjunto.

Pese a ello, Boltgun hace muy bien el resto y a nivel visual es sencillamente excelente, desde personajes a entornos, armas, ítems… todo está diseñado con un mimo notable. Llevar la esencia Warhammer 40k al píxel art 3D es algo que no sabías que necesitabas hasta que lo tienes frente a ti. Esa mezcla arquitectónica entre lo gótico e industrial luce de maravilla en el cuidado pixel y es un sueño de artes marciales disfrutar de una franquicia tan querida como Warhammer en pleno 2023 como si fuese un producto digno de los mejores recuerdos de nuestra juventud.

Por ello y pese a los errores de diseño mencionados, Warhammer 40.000: Boltgun me parece un juego muy recomendable, no solo para los amantes del retro o de Warhammer, sino para todo aquel que disfrute de un buen shooter. Y quién sabe… si os orientáis mejor que yo y no termináis perdidos a cada paso, quizá sea otro de esos juegazos que hay que grabar a fuego en este inusual 2023.

Te puede interesar

Deja un comentario

* Al hacer uso de este formulario aceptas que los datos introducidos sean almacenados en la web para tus futuros comentarios.

©2022 – Desarrollado con por Invisible Movement