Pues un año más, un NBA 2K más. La verdad es que ya no sé cómo acercarme al título por antonomasia de baloncesto. Por un lado, cada entrega anual suele ser mi juego de cabecera durante toda la temporada, le echo tropecientas horas y lo disfruto al máximo pero, por otro, me doy cabezazos en todas las paredes de mi casa por el modelo de servicio y las malas (pero bien pensadas) decisiones tomadas por 2K y Visual Concepts. Vamos a ver qué tiene preparado para nosotros este NBA 2K23.
No nos engañemos
Sería de ilusos, a estas alturas de la película, pedirle al juego que limitase su modelo de servicio, mucho más cercano a un título free to play que a un título “premium”. No tiene competencia, se vende como churros y, al final, donde tiene que cumplir cumple como un campeón. Porque si habéis jugado a un juego de la franquicia sabréis que en el parqué casi todo brilla. Un año más esto es así y ya depende de cada uno cómo quiera acercarse al juego. Si vais en la línea competitiva, crearos y formar al nuevo GOAT o tener un equipo de cromos legendario, os vais a frustrar cuando os enfrentéis a rivales muy superiores que muy posiblemente hayan pasado por caja para subir rápidamente las estadísticas del jugador o bien hincharse a sobres. Por otro lado, un acercamiento más casual, sin prisas ni historias raras hace que el modelo tiránico del juego pase más desapercibido. Claramente mi consejo va en esta segunda linea. En cada edición del juego he conseguido tener un jugador potable, un MyTeam interesante, con los jugadores que quería y jamás he gastado un euro. Eso sí, como decía, si queréis darle a muerte al multijugador, armaos de paciencia y sobre todo, no paguéis. Por favor, no paguéis.

Ya puedo dormir tranquilo
Sabiendo que el modelo no iba a cambiar, es más temía que fuese a empeorar, lo que sí que realmente me quitaba el sueño era la jugabilidad. La pasada edición fue quizá la que menos jugué en los últimos años y el culpable tenía nombre: el tiro. Lanzar desde media o larga distancia era muy complicado. No clavar el indicador de tiro exactamente donde tocaba era sinónimo de fallo. Nada quedaba al azar o a la calidad del tirador. Si no lo clavabas, la bola no iba a entrar. Lógicamente a ese indicador le afectaban muchos factores como la habilidad de tiro, la posición, la presión del defensa, etc. Al final, solo con Steph Curry, sin defensa y en buena posición tenías muchas posibilidades de meterla sin sudar en cada tiro. Por suerte, este año han tenido más compasión. El indicador de tiro ha mejorado y, tirar en general, se ha suavizado y es mucho más gratificante y, a su vez, justo.
Además de poder hacer que duerma tranquilo con un mejor sistema de tiro, Visual Concepts también ha implementado mejoras interesantes sobre todo a la hora de atacar el aro así como en el realismo a la hora de robar y taponar. Al final, lo que se ha conseguido es que tengas muchas más opciones de encestar y no te ciñas a la misma manera de jugar en cada posesión. El pick & roll suele funcionar pero ahora los aclarados y diferentes estrategias son más satisfactorias y no hace falta tener un 90 en todos los atributos para conseguirlas.
También tenemos mejoras en los power ups que recibimos cuando encadenamos buenas acciones durante el partido. Además de las individuales, como equipo, al jugar bien, todo nuestro quinteto se vendrá arriba mejorando sus puntos fuertes y haciendo que el equipo rival sude tinta para frenar nuestros ataques o intentar superar nuestras defensas. Un acierto para reflejar en el campo las dinámicas que suelen ocurrir en los partidos reales.
En cuanto a la IA tenemos mejoras muy interesantes que dotan al partido y, sobre todo, a cada jugador de un comportamiento específico. Es cierto que todavía existen algunas lagunas en ciertas situaciones como el cambio de coberturas o diferentes decisiones del entrenador en algunos momentos del juego (por favor míster, no me quites a Doncic con el partido apretado a un minuto del final) pero en lineas generales es un disfrute ver los movimientos con criterio de los jugadores, la inteligencia al atacar o su manera de aprovecharse de los puntos débiles del rival.
Al GOAT lo que es del GOAT
Aprovechando que esta edición es la 23, que mejor contenido podría haber que uno dedicado al para muchos mejor jugador de la historia del deporte o lo que es lo mismo Michael Jordan (jugador de la portada del juego junto a Devin Booker). El Greatest of All Time tiene modo propio en el que tendremos que recorrer su vida a través de diferentes partidos con diferentes desafíos en cada uno. Una clase de historia interactiva muy divertida y desafiante en la que Visual Concepts ha trabajado duro cambiando interfaces y visualización en función de la época en la que transcurra el partido y que incluye entrevistas exclusivas y material súper interesante para los fans del 23 de los Bulls y del básquet en general. Un modo de juego totalmente recomendado (y un gran complemento para el documental de Netflix El Último Baile) que esperemos sirva de precedente para futuro contenido en próximas ediciones.
No solo de Jordan vive esta edición porque, como nos tiene acostumbrados, el juego de 2K viene cargado de contenido, como cada año. Podemos hacer de todo, desde el MyTeam (la versión Ultimate del FIFA), controlar nuestra propia franquicia (en diferentes eras como la de Bird, la de Jordan o la de Kobe) o hacer un fantasy draft y empezar la temporada. Todo tiene cabida y, además, este año se han ampliado las opciones para la WNBA, con más desafíos y más posibilidades para el básquet femenino americano que, poco a poco, va ganando más presencia en cada entrega.

Dentro del universo de modos del juego me gustaría hablar de los más importantes: MyCarrera y MyTeam. MyCarrera viene siendo el modo “historia” en el que cada año el estudio nos presenta una situación diferente y tenemos que enfrentarnos a ella y triunfar en la liga. Este año el planteamiento es muy interesante pero su desarrollo es demasiado pobre. Nuestro jugador ha sido seleccionado por una franquicia pero los fans esperaban otra elección más popular. Nuestra misión será hacernos un hueco, callar bocas tanto del público, del staff. incluso de los propios dirigentes que sometidos a la presión mediática incluso querrán transferirnos. La idea, como digo, es muy interesante ya que nuestro jugador se limita a trabajar bien y no es muy amigo de declaraciones explosivas ni de dar la nota por las redes sociales. Todo lo contrario que nuestro rival y el que debería haber sido el pick de nuestra franquicia, que tiene su propio reality, carga contra nosotros constantemente y es el favorito de los medios y el público. Ese enfrentamiento de lo que ocurre en el campo con lo que ocurre fuera de él (y que no debería tener demasiado peso pero desgraciadamente lo tiene) deja entrever puntos súper interesantes pero, por desgracia, el transcurrir de la historia es fijo; hay un camino a seguir y ese es el que tendremos que hacer si queremos seguir avanzando. Oportunidad perdida, además de que se generan situaciones un tanto inverosímiles justamente por esa rigidez en la estructura de la historia.
Dentro de MyCarrera, independientemente de lo que hagamos en nuestro partidos oficiales, tendremos la ciudad para hacer un sin fin de actividades (sobre todo online), comprar innumerables cosas y echarle horas por un tubo. Un escenario mejor pensado que en anteriores entregas, mucho más friendly, sobre todo en cuanto a cercanía de los diferentes sitios, pero que se ve ensombrecido porque la maquinara de tragaperras brilla en todo su esplendor. Por todas partes nos encontraremos con oportunidades para conseguir beneficios pero claro habrá que pasar por caja o echarle unas buenas horas para conseguir la moneda virtual del juego. Recordad que no hay que pagar.
Al final como centro neurálgico funciona, pero le queda mucho trabajo por delante en cuanto a animaciones (las de ir en monopatín son literalmente un horror), texturas (la ciudad gráficamente no está a la altura de lo que ocurre en los pabellones) y contenido interesante que no esté destinado a sacar la cartera. O a malas que se haga una progresión económica mucho más digna de un juego premium como ocurría hace ya muchos años en una galaxia muy lejana.

Si en el modo MyCarrera podéis gastar todas las horas de vuestra vida, el MyTeam os gastará las de la próxima. Nuestro objetivo será formar nuestro equipo y a base de sobres y diferentes desafíos mejorarlo. Un clásico de nuestros tiempos. Nuestro equipo podrá ser utilizado tanto en modos offline como online y, ojo aquí, se acabaron los contratos. Sí, amigos. Antes cada jugador contaba con unos contratos que limitaban los partidos a los que podía participar y cuando se le acaban teníamos que comprar más. Más que un problema económico (porque cartas de contratos nos sobraban por todas partes) era un engorro estar aplicando contratos constantemente. Por fin eso se ha acabado. A esta gran mejora se le suma un modo de juego muy divertido llamado Momentos Decisivos (Clutch Time) en el que jugaremos únicamente con nuestro quinteto inicial un único cuarto, con tiempos de posesión de 14 segundos (en lugar de los 24) y con la posibilidad de también encestar de 4. Los partidos son trepidantes y cargados de tensión y perfectos para que se genere el horrible pero maravilloso “uno más y ya paro”.
En MyTeam podemos participar en modos limitados, tres contra tres, desafíos o el clásico dominación en el que tendremos que derrotar a todos los equipos de la NBA de este año y luego ir a otras eras para hacer lo mismo. Todo ello englobado en unas temporadas que a medida que ganemos experiencia nos irán dando premios (no para tirarse por un puente pero algo es algo). Sí que este año parece que conseguir jugadores top es más sencillo gracias al uso de las fichas, que antes servían para conseguir una serie de jugadores históricos y ahora sirve para canjearlas por un titular o suplente del equipo que queramos. Siguen habiendo sobres pero, como siempre, a precio prohibitivo y casi merece más la pena gastarse la moneda virtual en las subastas (aunque este año hay un montón de cartas no aptas para subastar) que jugársela a un sobre y que te salga un jugador de 78. Además, en años anteriores las cuentas oficiales del juego en redes sociales solían soltar muchos locker codes que nos permitían conseguir sobres y jugadores gratuitamente pero, por ahora, este año están extremadamente tacaños porque a día de hoy únicamente han facilitados dos de ellos.
A la espera de la ruptura
En definitiva, NBA 2K23 no inventa nada nuevo. Si ya has jugado a los anteriores sabes lo que te vas a encontrar. Técnicamente se mantiene lo visto anteriormente con algunas retoques pero me da que todavía quedan algunas ediciones para que volvamos a ver un salto gráfico importante como el que lógicamente vimos con la llegada de la next gen.
Además de un sistema de progresión justo (que no llegará en esta vida) se le podría pedir más mimo al modo historia. Aunque 2K y Visual Concepts llevan años intentándolo, incluso en alguna edición contaron con Spike Lee para ello, siguen sin arriesgar definitivamente por un modo interesante en el que nuestro jugador evolucione y no solo me refiero a los atributos. Estaría bien que nuestras decisiones tuvieran peso y que los resultados que obtenemos en la pista tuvieran un reflejo fuera de ella y no únicamente nos diéramos de frente con un “Inténtalo otra vez”.
Por lo demás, el juego es un disfrute para los amantes de la NBA y a decir verdad el único en el panorama videojueguil. Un montón de modos para disfrutarlo en solitario, en compañía, de un modo más competitivo, más tranquilo… De todo para todos aguantado por una jugabilidad muy perfeccionada a lo largo de los años y que además en esta entrega han dado con el punto en varios aspectos. Si te gusta el baloncesto, no podrás evitarlo pero, eso sí, recuerda no pagar ni un euro de más.