Análisis Mortal Kombat 1

por Juan Cash

2023 está resultando una bendita anomalía en la industria del videojuego, donde apenas terminamos un juego espectacular y ya aparece otro con aspiraciones a GOTY. Claro, NetherRealm no quería perderse la fiesta y aquí nos viene, sin hacer demasiado ruido, con el mejor Mortal Kombat jamás hecho. Hablamos de este reborn que ya os aviso es de lo mejor que he jugado en este demencial año, que de nuevo nos demuestra que los juegos de lucha no están muertos, sino más vivos que nunca, conviviendo en un año donde tendremos Street Fighter 6, Mortal Kombat 1 y el futuro Tekken 8.

Mortal Kombat 1 supone un reinicio de la saga. Este hecho queda registrado al empezar la partida, donde Liu Kang tras convertirse en…. bueno tras los sucesos de Mortal Kombat 11, decide poner fin al universo tal como lo conocíamos, creando uno nuevo. En este universo el mal está controlado, siendo el objetivo de Liu Kang que la paz predomine y sirviendo como excusa perfecta al estudio para atraer a esos jugadores que llegan de nuevas a una saga tan longeva.

Lo mejor de Mortal Kombat 1 es que lejos de la obsesión actual en el género por llevar el juego al multijugador, decide apostar fuertemente por el contenido single player, ofreciendo una cantidad ingente de horas para disfrutar en solitario del noble arte del desmembramiento. No quiere decir esto que el juego esté huérfano de contenido online, que lo hay, ni tampoco de micropagos abusivos y absurdos, que los hay también.

Lo primero que vemos al empezar la partida, la primera opción de varias, es el modo para un jugador, que a su vez se divide en tres modos, Kampaña, Invasión y Torres. Estos tres modos son la piedra angular del juego.

La Kampaña es esta peliculita interactiva, que en lo personal me vuelve loco con unos gráficos de infarto y una transición de cinemáticas a gameplay inapreciable. En esta nueva entrega se aleja del absurdo de serie B —que tanto me gustaba—  visto por ejemplo en Mortal Kombat 11, para apostar por una historia mucho más interesante y coherente —dentro de la demencia que es la saga—. La historia nos lleva a redescubrir a nuestros personajes favoritos, los cuales andan lejos de ser los héroes que conocemos, como por ejemplo Raiden que aquí no es más que un simple agricultor, o el temido Shang Tsung, que es un simple vendedor ambulante con dudosas prácticas.

El siguiente modo es Invasión, que viene a ser un modo infinito, donde atravesaremos distintos tableros donde dependiendo del camino escogido tendremos mayor o menor desafío y recompensas acordes al mismo. Viene a ser algo así como el modo aventura de Smash Bros. Y si bien no es la tercera venida de cristo, resulta muy gratificante para repartir mamporros y conseguir objetos nuevos para equipar a nuestros personajes favoritos. Es un modo ideal para asomarse de vez en cuando una vez terminada la Kampaña. 

Por último tenemos las torres, que son un clásico de la saga, y nos llevan a descubrir pequeñas historias de cada personaje. Este modo es lo más arcade que encontraremos y puede recordar a las clásicas partidas de recreativa. El objetivo será superar a nuestros rivales para llegar a la cima de la torre y encontraremos cuatro diferentes, una más pequeña, otra más grande, otra infinita y otra infinita donde no recuperaremos vida. Café para los muy cafeteros.

Dicho esto, lo mejor del juego es su jugabilidad pura y dura. Si bien Street Fighter apuesta por un combate más técnico, donde es importante conocer los combos de sus personajes, en Mortal Kombat 1 encontramos un combate mucho más anárquico, donde el simple hecho de aporrear botones nos puede llevar a pasárnoslo de maravilla. No quiere decir esto que podamos combatir en el multi a lo loco, pues seguramente nos destrozarán (literalmente) sino que quizá al ser el multi algo menos pretencioso, nos importa menos masterizar personajes, siendo mucho más interesante disfrutar de todos ellos. A los mandos el juego se siente muy, muy bien, el game feel, que tanta importancia tiene, es impecable y ya apostemos por personajes contundentes o rápidos nos ofrece una respuesta extremadamente satisfactoria, casi indescriptible, de nuevo equiparable a saltar con Super Mario.

Un cambio notable, que me ha encantado, es el de su imagen. En Mortal Kombat 1 nos alejamos de lo sombrío, la oscuridad absoluta y ese barroco/siniestro tan marcado a fuego en la saga. Nos encontramos con mucho colorido y un verde predominante que nos acerca a la naturaleza. Pero tranquis, esto no quiere decir que el juego haya bajado en su gore, pues estará más presente que nunca en sus fatalitys, brutalitis y todos los itis que puedan existir. Habrá desmembramientos, explosiones de cabeza y cualquier demencia que os podáis imaginar, más las que llegarán con los nuevos personajes. Lo que quiero decir es que este baño de sangre encaja de maravilla en entornos más luminosos y me supone una revolución visual, algo así como el terror a plena luz del día que muchos descubrimos con la película Midsommar. Todo esto combina a la perfección con un apartado gráfico sin precedentes, donde vemos unas expresiones faciales y un realismo realmente inquietante, que sin embargo no desentona con lo absurdo de que te arranquen los brazos y puedas seguir luchando. El nivel de detalle alcanzado por el título es sencillamente espectacular.

Otro punto importante de Mortal Kombat 1 es el de sus luchadores. Tendremos la interesante cifra de 24 personajes iniciales, los cuales incluyen a grandes conocidos como Raiden, Johnny Cage, Liu Kang, Li Mei, Mileena, Shao Khan y un largo etcétera. Pero además incluye una novedad muy interesante y son los personajes Kameo, los cuales no podremos manejar como tal y servirán únicamente de apoyo en la batalla. Es decir, podemos invocarlos pulsando un botón para que nos echen un cable y esto sirve como una mecánica nueva, como un botón más de ataque, que además tiene mucha utilidad ya que nos permite romper los combos de nuestro rival ,ofreciendo, en conjunto, una idea original de traernos personajes secundarios con los que realizaremos brutales ataques. Por último, en estos tiempos donde comprar un juego de lucha es como iniciar una colección de Planeta de Agostini —lo cual os puede gustar más o menos— es ilusionante saber que entre sus futuros DLCs contaremos con invitados tan interesantes como El Patriota, Pacificador e incluso Ommi Man.

La parte polémica puede venir con su monetización, la cual empieza con la propia reserva del juego, ya que si queremos la skin de Jean-Claude Van Damme para Johnny Cage tendremos que optar por la edición cara, al igual que si queremos disfrutar del hechicero Shang Tsung, lo cual requiere haber reservado el juego. La cosa no queda aquí pues encontraremos las típicas prácticas de free to play con pases de temporada y diversas memeces para conseguir objetos cosméticos. En este sentido se ha eliminado la cripta, apostando por un altar donde a cambio de monedas (conseguidas en el juego, no pagando) desbloqueamos aleatoriamente todo tipo de objetos, desde cosméticos hasta artworks. Dicho eso, en ningún caso podremos pagar para mejorar a nuestro personaje más allá de lo estrictamente visual, así que tranquis, no hay indicios de pay to win por ninguna parte. 

En resumen, Moratal Kombat 1 me ha encantado. NetherRealm lleva años puliendo y mejorando la fórmula de la saga, como si de un diamante en bruto se tratase. Con cada entrega demuestran ir un pasito más allá, sin olvidar lo aplicado hasta el momento. Parece que la línea ascendente en la calidad de sus juegos no muestra el más mínimo signo de agotamiento y a diferencia de otras sagas con lanzamientos frecuentes un nuevo Mortal Kombat es sinónimo de calidad por derecho propio. Por lo tanto, si os gustan los juegos de lucha pero os da pereza toda la mandanga online, no se me ocurre mejor candidato para vuestras horas de ocio que este Mortal Kombat 1.

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