Alpha Dog Games y Bethesda Softworks presentan Mighty DOOM, un divertidísimo rogue-lite para dispositivos móviles basado en la franquicia DOOM que nos propone lidiar con oleadas de demonios en la piel de un Doom Slayer de bolsillo.
Sin ser yo el público objetivo de los juegos para móviles, entiendo perfectamente que a causa del ritmo de vida que llevamos, son muy demandados. Sus mecánicas sencillas y accesibles, junto a la brevedad de sus sesiones de juego, los convierten en productos de ocio ideales para consumir sobre la marcha, capaces de adaptarse a la rutina de toda persona que no disponga del tiempo suficiente para sentarse frente a una pantalla y profundizar en otros videojuegos de mayor complejidad.
Pero independientemente del formato, DOOM es una saga muy importante para mí. Además, llega completamente gratuito tanto para Android como para iOS y desarrollado de forma interna por la propia Bethesda, una de mis compañías más queridas, por lo que era imposible dejarlo pasar. El “Doom Slayer” chiquito -o Minislayer- ha llegado para hacerse un hueco en nuestra ajetreada rutina y ayudarnos a sobrellevar la monotonía al son del siempre glorioso canto de la motosierra y el olor a pólvora, mientras destrozamos y desgarramos incontables hordas de esbirros demoníacos.

El juego se divide en capítulos de uno o varios niveles, que a su vez se componen de 40 fases. Cada fase es un pequeño escenario a modo de refriega de entre 15 y 20 segundos de duración que tendremos que superar para pasar a la siguiente.
Como se trata de un juego que apela a la inmediatez, Mighty DOOM es increíblemente sencillo de jugar. Tan sólo nos llevará un par de minutos hacernos a él, y si somos medianamente hábiles, seremos capaces de jugarlo con un único dedo, dos a lo sumo.
Controlamos al Minislayer en vista cenital, deslizando un dedo por el stick digital que aparece en pantalla, mientras que el personaje se encargará de disparar automáticamente con el arma principal equipada a cualquier demonio que salga al paso, dando prioridad siempre al más cercano y que tengamos encarado en ese momento. Los demonios, por su parte, nos recibirán con un aluvión de disparos que debemos evitar si no queremos acabar convertidos en una masa de carne sanguinolenta en el suelo. Cada uno posee distintos patrones de ataque que nos complicarán las cosas, con ataques cuerpo a cuerpo y a distancia de distinta intensidad y multitud de efectos. ¡Hay que andarse con ojo!
Cada enemigo abatido deja caer recursos que recogeremos de forma automática al completar cada fase, permitiendo que nos centremos en la acción sin tener que preocuparnos de nada más. A medida que vamos derrotando enemigos, iremos obteniendo experiencia. Una vez que llenemos la barra y subamos de nivel, se activará una ruleta aleatoria de habilidades que podemos mejorar para el resto de la run, pudiendo potenciar una sola de ellas. Hay muchísimas habilidades distintas entre las que elegir: disparo doble, infligir más daño, mayor velocidad de disparo, probabilidad de esquivar ataques enemigos, disparos explosivos, recibir más curación al realizar ejecuciones… ¡Son un montón! Y hacen que cada run sea potencialmente distinta a la anterior, fomentando así la diversión y variedad en cada partida.

Cada 10 fases el juego nos arrojará a un combate contra un jefe. Estos enemigos son de mayor tamaño que los comunes, tienen muchísima salud y poseen patrones de combate más elaborados e interesantes. Si conseguimos superar el combate, se nos premiará con una caja de botín con recursos que nos servirán para seguir mejorando en nuestra aventura. Podemos garantizarnos una caja de este tipo cada 10 fases superadas, lo cual está muy bien y da una sensación de ir completando hito tras hito.
En cada escenario no sólo recibiremos recursos que invertir (monedas, cristales…) sino también puntos de experiencia que nos harán subir de nivel y hacer más fuerte a nuestro Minislayer, potenciando así nuestras estadísticas gracias a las mejoras que iremos desbloqueando y que ampliarán nuestras posibilidades de supervivencia en cada partida.
¡Pero somos el Minislayer! Nuestra habilidad no basta si no la complementamos con un arsenal de batalla digno de nuestra leyenda. Para ello contamos con las cajas de equipo, armas y especiales. En pocas palabras, se trata del sistema de micropagos del juego. ¡Pero tranquilos! Que no se trata de un Pay to Win, pues tanto las cajas como las distintas armas y armaduras se pueden conseguir jugando y completando los distintos capítulos, eventos y demás. Este sistema está más bien pensado para aquellos jugadores que van con prisa -y les sobra el dinero- y quieren acelerar un poco las cosas. Yo no me he dejado ni un chavo y estoy disfrutando cada minuto que paso con el juego, sin notar en ningún momento que el juego me obligue a pasar por caja. Además, en ciertas ocasiones el juego nos propone premiarnos con cajas de botín y otros recursos si decidimos ver pequeñas cuñas publicitarias in-game de otros juegos de móviles. Esto se lleva a cabo de forma no intrusiva, ya que somos nosotros los que debemos pulsar el botón correspondiente para ver la publicidad y recibir después el premio. Un pequeño precio a pagar por conseguir algunos objetos, si queréis mi opinión.

Todo el equipo que vayamos consiguiendo se almacenará en un sencillo inventario al que podremos acceder desde el menú principal del juego. Si disponemos de equipo o armas repetidas sin usar, podremos fusionarlas para convertirlas en versiones mejoradas de mayor rareza, lo que aumenta exponencialmente sus estadísticas, y, por tanto, mejoran su efectividad, notando un evidente progreso en la fuerza de nuestro Minislayer. En este apartado también podemos mejorar tanto las armas, como la armadura y hasta a nuestro propio Minislayer, invirtiendo las monedas y cristales que con tanto esfuerzo hemos conseguido.
Desde el menú principal también tendremos acceso a los dominios, que no son ni más ni menos que una serie de habilidades pasivas que mejoran nuestras capacidades básicas de forma permanente, con objeto de ir cada vez más preparados en las partidas posteriores. Para disfrutar de estas mejoras debemos subir de nivel e invertir nuestras valiosas monedas, aunque tienen un “pero”, y es que la habilidad a potenciar se elige de forma aleatoria como si de una ruleta se tratase. Es algo menor, ya que realmente cualquiera que se nos potencie nos viene de perlas para fortalecernos, pero tal vez hubiera estado bien dejar que sea el usuario quien escoja qué le interesa mejorar en un momento dado.
Por último, pero no por ello menos importante, cada día recibiremos recompensas por inicio de sesión, así como tener acceso a numerosas misiones secundarias y eventos por tiempo limitado que nos otorgan recursos y ventajas que vale la pena aprovechar. Además, VEGA ofrece un servicio de extracción de recursos en forma de experiencia y monedas cada cierto tiempo, por lo que vale la pena visitarlo siempre que podamos. Todas estas opciones están disponibles y claramente diferenciadas desde el menú principal del juego. Casi se convierte en un ritual diario el pasar por todas ellas, reclamar las recompensas y comprobar qué misiones y eventos tenemos disponibles ese día.
Como no podía ser de otro modo, la banda sonora de Mighty DOOM es épica, cañera y llena de adrenalina, sin nada que envidiar a sus “papis” de sobremesa, DOOM y DOOM Eternal. El sonido también cumple muy bien, diferenciando claramente cada arma y enemigo para evitar confusiones durante la partida. El rendimiento es perfecto ocurra lo que ocurra en pantalla, aunque cuidado con la batería del móvil porque se la come que da gusto en sesiones un poco más prolongadas de la cuenta.
No puedo sino recomendar Mighty DOOM por lo divertido y adictivo de su jugabilidad. Además, al ser gratuito no hay excusa para no probarlo.
Sus mecánicas son sencillas, su progresión te anima a seguir jugando y las partidas son tan rápidas que se antojan perfectas para matar ratos muertos, aunque lo más seguro es que acabes diciendo eso de “una más y ya lo dejo”.
Me alegra mucho ver a Bethesda apostando por desarrollar nuevas ideas y llevarlas a otros formatos para algunas de sus franquicias más queridas, especialmente si tales ideas están tan bien ejecutadas como Mighty DOOM.
Pronto seguiremos hablando de Bethesda, pero por otros motivos, pues Redfall, de Arkane Studios (recordemos, también parte de los estudios internos de Bethesda Softworks) se encuentra a la vuelta de la esquina y en esta casa le tenemos muchas pero que muchas ganas. Hasta entonces, ¡esperamos que deis una oportunidad a Mighty DOOM y destrocéis y desgarréis con el Minislayer de vuestros sueños!
Nota: Juego analizado en iPhone con iOS 16.1.1