Cada septiembre -octubre como muy tarde- los fans del fútbol tenemos una cita ineludible con Electronic Arts –EA Sport concretamente-. Y es que el estudio americano nunca falla con su representación del deporte rey. Dicho eso, llevamos varios años esperando ese nuevo FIFA que suponga una verdadera novedad, ese que cambie por completo lo que era, ese que se resiste en llegar. Sin embargo y aunque FIFA 23 no suponga una revolución, lo cierto es que sí que pule su exitosa formula al máximo nivel y además incluye algunas novedades, muy, muy interesantes. Suena el pitio inicial… y comienza la reseña.
Lo primero, he disfrutado de la versión de PlayStation 5, por lo tanto, lo que se diga aquí no debe aplicarse a las versiones de pasada generación, ni mucho menos a la de Nintendo Switch. Dicho eso, FIFA 23 vuelve con todos sus modos intactos, siendo estos mánager (jugador o entrenador) clubes pro (online con colegas donde cada uno maneja un jugador) temporadas (online clasificatorio con equipos reales) volta (amago a FIFA Street) partido rápido (con sus modos locos, como ese que te elimina jugadores por cada gol a favor…) y un largo etcétera. Si bien algunos modos han recibido pequeñas aportaciones, que ni suman ni restan, lo cierto es que todo se siente extremadamente igual, exceptuando (por los pelos) su modo Ultimate Team (FUT) el cual tendrá párrafo propio más adelante. Estas mejoras leves, las encontramos por ejemplo en el modo manager, el cual incorpora algunas cinemáticas nuevas cuando fichas o vendes jugadores… pero poco más.

Si hablamos de FUT, es notable que cada año sea la apuesta más sólida de la entrega. Por ejemplo lo vemos con novedades como el crossplay (limitado a las generaciones de consolas) no solo en los enfrentamientos, sino también en el mercado de fichajes. Además de ello, se ha incorporado una nueva modalidad offline, que es Moment, mediante la cual podremos conseguir una nueva moneda “estrellas” que intercambiaremos por sobres. Este modo es curioso, ya que nos invita a revivir grandes noches de fútbol, aunque eso sí, nos pedirá algunos requisitos, como tener a equis futbolista o marcar de alguna manera concreta. Por lo demás, todo sigue en su sitio, tendremos varias opciones para mejorar nuestro equipo, ya sea online o jugando contra la IA. Lo cierto es que el sistema de recompensas es moderadamente generoso… y la opción de sacar la VISA, aunque está siempre presente, es más fácil de ahuyentar que en pasadas ediciones. Al final FUT es la emoción. Cuando entras de lleno en la propuesta y te desvives por mejorar tu equipo, y empiezas a jugar online, a subir de liga… entras en una espiral de emociones, de la cual no solo es difícil salir, sino que hará que olvides (o casi) los otros modos de juego, ya que tristemente no nos llevaran tan al límite como este.
Pero bueno… sí todo sigue más menos igual, ¿Por qué hay cierto entusiasmo en este humilde analista? Pues por su jugabilidad pura y dura. Si bien no hemos reinventado la rueda, el caso es que este FIFA se siente más fresco que las últimas entregas. Partimos de la misma base, a la cual siguen añadiendo pinceladas de profundidad y pequeños detalles (que al final crean grandes cosas) como un buen número de animaciones nuevas, que ayudan sobre manera a creernos más y más al videojuego o el sistema de colisiones, que dan al defensa más poderío, para que hasta Pedrito del Albacete pueda parar a Mbappe, o su sistema de regate que nos invita a juguetear con el R2 para alternar carrera/sprint y así dejar atrás a nuestros rivales. Cuando entras en la formula FIFA y dominas aunque sea un poco sus mecánicas… disfrutarás hasta del partido más duro.
Se podría decir, que estamos ante la evolución definitiva de FIFA tal como lo conocemos. Y esto se traduce en un equilibrismo casi perfecto entre la simulación y la diversión, donde quizá el equilibrista tiende a orientarse ante el espectáculo. Ya sea para buscar inundar las redes con capturas de los golazos de la comunidad… o bien por simple decisión de los desarrolladores, pero este año encuentro FIFA mucho más divertido que en anteriores entregas.

Culpa de ello es, por ejemplo, el nuevo disparo potente (el cual se realiza pulsando L1+R1+O) que se traduce en un disparo lento de ejecutar pero con un acierto bastante generoso. Otra de las novedades que he agradecido bastante es el balón parado. Tanto las faltas como los córner han evolucionado, ahora podremos elegir donde golpearemos el balón, teniendo una estela como chivata de hacia dónde saldrá disparado (algo así como los juegos de billar). Pero incluso los penaltis han cambiado radicalmente, siendo ahora algo más sencillo para el lanzador, pero igualmente fallables (como en la vida real).
Desde EA, trabajan año tras año en intentar acercarnos el futbol real a nuestras videoconsolas, y lo cierto es que paso a paso, cual hormiga en verano, consiguen ir más allá. Esto no es únicamente algo notable en su jugabilidad, donde vemos animaciones y físicas demenciales, sino también en sus estadios, el griterío de la afición e incluso en esas repeticiones totalmente televisivas de nuestras mejores jugadas.
Sí, toca esperar un año más para ver si ese futuro EA Sport FC supone un cambio radical, un cambio que al menos utilice un nuevo sistema de menús (que rabia me da ver el mismo año tras año) y que de verdad nos cambie la forma de jugar a FIFA, alejándose de este producto que nos acompaña desde hace –fácil- cinco años. Pero… mientras esperamos ese momento, lo cierto es que no hay que preocuparse demasiado, ya que esta entrega es, sin lugar a dudas, el FIFA más completo que se ha visto nunca. El cual se vuelve a coronar como el rey de los simuladores futbolísticos, mientras ve por el retrovisor que la ausencia de competencia le permite crecer despacio, tomando buenas decisiones.
Lo cierto es que he disfrutado y seguiré disfrutando esta entrega como hacía años que no me pasaba. Su ingente cantidad de modos, donde impera el adictivo Ultimate Team, no me impide dedicar algunas horas a llevar a la Fiorentina a Champions. Y es que si a esto, sumamos una jugabilidad exquisita, pulida hasta el extremo… al final conseguimos un pozo de horas, en el cual es un gusto ahogarse. FIFA sigue siendo FIFA.