Análisis Fate/Samurai Remnant

por Juan Cash

La antiquísima franquicia Fate está de vuelta y lo hace con una de las ambientaciones que más hype levanta entre los jugadores. Nos vamos al Japón feudal, en concreto a los tiempos del Shogunato Tokugawa, para vivir una historia de guerra en tiempos de paz, una nueva guerra del santo grial nos atrapará como nunca. Aunque eso sí, hay un par de peros, que os contaré a continuación.

En Fate/Samurai Remnant nosotros encarnaremos a Miyamoto Iori, hijo adoptivo/aprendiz del famoso guerrero japonés Miyamoto Musashi (existió de verdad). Como ronin, llevaremos una vida tranquila, ofreciendo justicia a cambio de dinero para mantener a nuestra hermana pequeña. La cosa se complica cuando cierto día aparece una horda de ninjas con muy mala leche, liderados por un samurai con aspecto infernal y su maestra, cuyo objetivo no es otro que nuestra cabeza. No entiendes nada, y menos aún cuando aparece otra luchadora, Saber, la cual dice ser nuestra protectora, discípula o llámala como quieras. Gracias a esto salvamos la vida y descubrimos la mandanga; somos uno de los siete maestros cuyo objetivo es ganar la guerra del santo grial para conseguir el tesoro de la luna, capaz de conceder cualquier deseo al único superviviente de los siete maestros. O al menos eso creo haber entendido, porque aquí va el primer “pero”, el juego está totalmente en inglés, lo cual es un problema si no dominas la lengua de Shakespeare ya que estamos ante una visual novel con tintes de action RPG y un fuerte estilo musou.

Como os decía, durante la partida tendremos una fuerte carga narrativa en forma de cinemáticas y textos. Lo cierto es que funcionan de maravilla, resultando extremadamente interesante en su desarrollo y bastante espectacular en las imágenes, sentiremos que estamos ante un anime de calidad, de esos que podrían ser tendencia en Crunchyroll. El equipo ha sabido apostar por un estilo artístico basado en sombras planas, que funciona de maravilla resultando muy poco exigente. Pasear por el Japón feudal bajo estas paletas de colores vivos y contrastados es un estímulo maravilloso.

Desgraciadamente, el juego no tiene demasiadas mecánicas que nos inviten a la exploración, más allá de disfrutar de los preciosos paisajes, aunque finalmente resultan moderadamente repetitivos, porque tampoco es que hubiera demasiada variedad arquitectónica en el citado periodo histórico. Por ello termina perdiendo ese golpe de belleza inicial que nos guiará las primeras horas. Dicho esto cuando exploremos podremos hablar con ciudadanos, hacer recados (misiones secundarias con tendencia a la mediocridad) recoger el típico objeto brillante del suelo y limpiar las distintas ciudades de enemigos. Poco más.

Fate/Samurai Remnant se define como un Action RPG, y ok, más o menos lo es, pero la cabra tira al monte siendo la cabra Koei Tecmo y el monte el musou. Al final nos encontramos con una quimera de hacknslash con decenas de enemigos en pantalla, donde siempre se destaca a alguno: el rival a batir. Este es el combate real, mientras volamos por los aires a los masilla, nos centraremos en el enemigo real siendo aquí donde el juego brilla más. Y lo hace con más énfasis aún cuando hablamos de jefes finales, los cuales (generalmente) se corresponden a los siervos de los otros maestros. El combate es espectacular, con los elementos como protagonistas, pudiendo alternar ataques de agua, fuego y un largo etcétera. A los mandos nos sentiremos, de nuevo, como el prota de nuestro anime favorito y podremos ir mejorando nuestras habilidades de forma rápida y notable, cosa que sienta de maravilla porque ayuda a no perder la frescura de las primeras horas. Además podremos alternar entre el control de nuestro protagonista, Iori, y el del resto de personajes que se unirán a nuestra causa durante la aventura, sintiéndose muy diferentes entre sí y de nuevo aportando variedad y calidad.

En definitiva Fate/Samurai Remnant nos ofrece una aventura muy interesante, donde aprecio una excelente evolución en lo que yo etiquetaría como un musou narrativo, el cual nos seducirá con unas mecánicas sencillas pero muy gratificantes. El título consigue atraparnos con una historia original, llena de intrigas, giros y el deseo de conocer el desenlace de un grupo de personajes muy bien construidos, donde será imposible no amar y odiar a unos y otros, siendo este el resultado de un trabajo bien hecho. Pero, por desgracia, nos llega en perfecto inglés, cerrando el círculo de jugadores que puedan disfrutar de la aventura plenamente y donde yo, para traeros estas líneas, he tenido que acudir a mil y un foros de internet para terminar de comprender ciertos acontecimientos. Esto que puede sonar negativo ha terminado gustándome, sacando el juego de la televisión para acompañarme en mis horas muertas. Pero está claro que es un precio que no todo el mundo estará dispuesto a pagar, por lo tanto sólo puedo recomendarlo si vuestro nivel de inglés es avanzado ya que si obviamos su excelente narrativa, el juego no aguanta el paso de las horas.

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