Análisis Destiny 2: Eclipse

Hilos, neones y guadañas

por Daniel Ureña

Hay ciertos momentos durante el año en los que la Luz brilla con más intensidad. Momentos en los que sentimos la llamada, como guardianes, de que se necesita nuestra ayuda con urgencia, de que El Viajero nos necesita. Ahora está siendo uno de esos momentos porque ha llegado Destiny 2: Eclipse.

No voy a hablar aquí de las bondades del juego de Bungie. Por activa y por pasiva me paso la vida alabándolo, ya sea vía podcast o en textos sobre el juego, pero sí que tengo que decir que Destiny 2 sigue siendo imprescindible. Cada nuevo contenido es una nueva viga a un edifico cada vez más sólido y sigue siendo el único título que comprende el concepto de juego como servicio sin caer en la avaricia o desidia de otros estudios.

Ya sea por la naturaleza del estudio; sus idas y venidas siendo independiente, formando parte de Activision Blizzard para otra vez volver a ser independiente y actualmente volver a estar bajo el manto de una gran corporación, como es Sony, Bungie navega con ritmo seguro por las aguas actuales del panorama videojueguil con un título muy ambicioso, que sabe mirar por sus jugadores ofreciendo contenido de calidad temporada tras temporada mientras se saca unas perras extras con su tienda de cosméticos, el Eververso.

Eclipse, la nueva expansión y séptima ya del título, es una nueva muestra de todo ello. Aunque todo su contenido al final se siente como un ruta más larga para lo inevitable (la lucha final contra El Testigo), nuestra visita a Neptuno se salda con emoción y, como siempre, mucha diversión. Nos tocará hacer frente a la Legión de las Sombras, y su Emperador, por las calles y subterráneos de Neomuna. Tendremos nuevos aliados y junto a ellos desvelaremos nuevos misterios que magnifican todavía más el lore del juego. Un lore que poco a poco Bungie ha aprendido a hacernos llegar de mejor manera y que se sabe dosificar en diferentes niveles; lo básico para los que están ahí para pegar tiros (o incluso solo la parte competitiva) y diferentes capas de profundidad para los que nos gusta indagar y conocer más al dedillo qué pasa y por qué pasa. Una separación muy inteligente que sigue la filosofía que ha adoptado el juego de self service y que permite que cada jugador escoja y disfrute del juego a su manera.

Esta expansión marca también un hito importante dentro de la jugabilidad del juego y es que tenemos un nuevo poder o subclase, el segundo que proviene de la Oscuridad. Atadura será el nuevo juguete de los guardianes y como viene siendo habitual es una delicia. Si el anterior poder, Estasis, nos brindaba control de masas, creando muros de hielo y congelando a nuestros enemigos, Atadura nos otorga una movilidad excepcional y también con su puntito de puterío. Como cazadores, hilvanaremos hilos de energía que nos permitirán atrapar a nuestros enemigos como si de un gancho se tratase para acercarnos a gran velocidad y golpear con dureza. El nuevo poder nos permitirá balancearnos por diferentes puntos y también hacer una caída que suspenderá a nuestros rivales dejándolos a nuestra merced. Si tenéis fresco el gancho que el Jefe Maestro utilizaba en la última entrega de Halo, pues aquí tenemos una versión mejorada (muy mejorada) que eleva el gunplay de Destiny a nuevas cotas. Si antes ya era el mejor shooter de los últimos años, ahora a sus competidores les va a costar un poquito más hacerle sombra.

Las posibilidades que ofrecen las nuevas mecánicas amplían todavía más el abanico de acciones y de maneras de jugar, de plantear cada enfrentamiento y de, al final, disfrutar de nuestro guardián en combate. Como siempre, al gran pelotazo hay que sumarle nuevas armas, armaduras y, en este caso, unos nuevos enemigos sensacionales que serán un auténtico desafío. Hablo de los Tormentor, unas parcas con guadaña que funcionan como midbosses y que son un disfrute. Peligrosos tanto a larga como a corta distancia, nos obligarán a estrujarnos la mente para acabar con ellos y plantear diferentes estrategia en función del estado del campo batalla. El mejor ejemplo de ello es el clímax del juego, su batalla final, en la que el excelente diseño del nivel nos pondrá contra las cuerdas para superarlo y tendremos que aplicar todo lo aprendido en Neptuno.

Un Neptuno que se me ha quedado a medias. Las calles de Neomuna y sus edificios le sientan de maravilla a la saga y Bungie es una experta en jugar con la iluminación tanto en interiores como en exteriores y los neones de la nueva localización son un gran ejemplo. El problema es que para ser una ciudad asediada, salvo en momentos muy puntuales, está totalmente vacía. El juego nos da una explicación para ello (una muy interesante) pero al final nos encontramos con eso… una maravillosa ciudad vacía y con la sensación de que estamos salvando a un par de personas. Además, los eventos que ocurren pasan demasiado deprisa y a los nuevos personajes, Nimbus y Rohan, nos les da tiempo a hacerse un hueco ni a jugar más con los antiguos, sobre todo con Osiris.

Una sensación muy parecida me ocurre con la obtención de Atadura. No llega a la experiencia mística que teníamos como jugadores cuando obteníamos Estasis en Más Allá de la Luz.  Como punto positivo, el diseño de niveles me ha parecido súper interesante y las diferentes misiones muy divertidas, en especial una de las finales en las que intercalaremos yendo a pie y en tanque. Me vinieron ecos de Halo 3 y de Halo: Reach (casualmente de Bungie) y eso siempre es una alegría.

Si ya sois guardianes hechos y derechos sabréis que las Temporadas en Destiny 2 no son una simple excusa para nuevos cosméticos y armas sino que funcionan como motor narrativo paralelo. Aunque nuestro tiempo estará dedicado a evitar el asedio en Neomuna, tendremos que convertirnos en Guardianes de la Reina para ayudar a la Resistencia liderada por Mara Sov. La Temporada 20, llamada Temporada de la Resistencia, nos enviará a los Campos de Batalla para intentar conseguir acceder a las pirámides de la Legión y rescatar prisioneros. Todo ello moviéndonos entre realidades gracias al poder de la Reina Insomne. Un espectáculo visual que además resulta todo un desafío por encima de los últimos, en dificultades normales, en este tipo de actividades. Como nota adicional, en este temporada, una de las joyas es el arco Curva Helada, una maravilla de la magia y la ciencia que tiene poderes de Estasis incorporados, lanzando flechas que congelan y que serán la pesadilla de los Cabal y todo aquel que ose enfrentarnos.

Para finalizar, también como viene siendo habitual, unos días después del lanzamiento de nueva expansión, llega la incursión. La actividad cooperativa más desafiante que nos exigirá máxima coordinación y habilidad entre los miembros del equipo. La primera de Eclipse se llama Raíz de las Pesadillas y se activa justamente hoy (a las 18:00) y viene acompañada de la Carrera por ser los Primeros del Mundo. El primer equipo que lo consiga recibirá un cinturón y un título exclusivos. Además, otra gran característica que fusiona el mundo de Destiny con el nuestro es que los que logren batir la incursión antes del 21 de marzo podrán hacerse con la chaqueta y el pin de la incursión exclusivos.

Además de todo el contenido, Bungie ha trabajado en mejorar la experiencia del jugador. Tenemos ahora un nuevo sistema de menciones para darle a compañeros guardianes en función de si ha sido amistoso, buen líder, divertido, etc. También un nivel de guardián para, de un vistazo, saber si nuestro compañeros está o no curtido en batallas. También una pantalla mejorada de personalización de equipamiento y sus respectivos modificadores para poner nuestro equipo a punto de manera más visual y ágil.

Como decía al principio Destiny 2 es imprescindible. Su jugabilidad, su experiencia visual y su manera de entender el juego son únicas a día de hoy. No hay ningún juego actualmenteque consiga lo que el título de Bungie no se cansa de hacer expansión tras expansión y temporada tras temporada. Eclipse es una gran expansión que sirve como contrapunto perfecto a la oscuridad y claustrofobia de la anterior, La Reina Bruja. Puede que los hechos que ocurran no sean tan impactantes como los vividos contra Savathûn pero sirven como perfecto entrante para el próximo enfrentamiento con El Testigo que tendrá su catarsis a principios de 2024 con The Final Shape, la próxima expansión.

Mientras tanto, como Guardianes, deberemos hacer frente a la Legión Sombría y ver qué nos depara el juego para las temporadas 21 y 22 . Seguramente meterán más carne al asador, con nuevas sorpresas, mecánicas y una jugabilidad sin parangón.

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