¿Alguna vez te has replanteado alguna de tus decisiones?
Me refiero a esas que aparentemente deberías tener más claras, en las que se cambia de etapa o se da un paso más. Si no lo has hecho, Catherine: Full Body es probable te haga reflexionar sobre ello. Pues bajo un juego de puzzle y narrativa se esconde toda una lección humana sobre los miedos que se asocian al compromiso, especialmente en los hombres. Así que es probable que te haga replantear, o por lo menos pensar más detenidamente, en asuntos como el amor, la infidelidad, la confianza y el matrimonio.
Ya hace tiempo Atlus asombró al gran público con esta arriesgada propuesta. Y digo arriesgada porque en Japón -y no solo allí- el formar una familia forma parte de esa fase adulta, incluso podría asociarse al resultado de madurar. Así que Atlus apareció con Catherine que ponía en duda precisamente ese principio. Pues bien, en 2019 decidieron hacer una remasterizacion que viene con nuevos modos y con una vuelta más a su ya enrevesada historia.
Bienvenidos al Teatro Dorado

Vincent Brooks es un ya no tan joven de 32 años que representa perfectamente el cliché de eterno soltero con miedo al compromiso cuando su novia Katherine (con K) le plantea dar el siguiente paso en su relación. Por si fuera poco y para enredar un poco más la bola de pensamientos contradictorios que tiene, aparece en sus sueños la sensual Catherine (con C) que lo seduce en una noche de deseo y pasión y le recuerda las ventajas de la soltería. Solo que no es un sueño sino el principio de sus pesadillas.
Pero esto es Catherine: Full Body y había avisado que la trama daba una vuelta más a su historia. Si hasta ahora teníamos por un lado la madurez de Katherine y en el lado opuesto a Catherine representando la tentación, en este triángulo amoroso ahora aparece una nueva chica llamada Rin simbolizando la inocencia y autenticidad. Una chica que tiene amnesia y que trabajará en el bar en el que cada noche Vincent se reúne con sus amigos, además de convertirse en su vecina del piso de al lado.
¿Está Vincent preparado para dar el siguiente paso? ¿O preferirá ser ese eterno adolescente que se queda hasta las tantas bebiendo en el bar?

Durante el día viviremos situaciones cotidianas de la vida de Vincent, una vida que se ha visto inesperadamente sacudida y que nos ofrecerán mediante cinemáticas muy bien trabajadas. Aunque donde pasaremos la mayor parte del tiempo es en el Spray Sheep, donde podremos beber y charlar con los amigos de toda la vida, jugar a la recreativa o poner música en el tocadiscos. También ahí descubriremos ciertos personajes secundarios, algunos de lo mas interesantes, con los que podremos hablar. Además podremos escuchar conversaciones que darán ciertas pistas de un argumento que se vuelve más interesante cada vez.
Pero parte de la magia de esta propuesta es la capacidad de influenciar en la vida de Vincent. Nosotros seremos espectadores pero también protagonistas puesto que podremos interactuar con las tres chicas mediante nuestro teléfono móvil a través de mensajes, fotos o llamadas.
No estamos ante una historia cerrada, en función de las respuestas que demos, iremos decidiendo hacia donde debe dirigir sus pasos y su futuro.

Una pesadilla está por comenzar
Las dudas del compromiso, la infidelidad, el engaño, las mentiras, la comunicación, el miedo, su futuro… todas esas ideas mortifican a Vincent. Y quizá como fruto de todos esos pensamientos el protagonista ha comenzado a tener extrañas pesadillas que se repiten noche tras noche. Pesadillas en las que tiene ante sí una enorme torre de cubos que debe escalar junto a otros ¿eso son carneros? mientras lo persigue alguna amenaza pesadillesca. Deberá escalar por su vida, ya que aquellos que no logren alcanzar la cima dejarán un cuerpo inmóvil en la cama al amanecer, como otros desgraciados ya lo han hecho. Porque si muere en el sueño, muere en la vida real.
Cada noche tendremos un nuevo reto en forma de bloques. Deberemos moverlos formando una escalera pero teniendo en cuenta que algunos contarán con sus propias reglas y que nos complicaran ese ascenso a la salida. Bloques que explotan al pisarlos, que sueltan pinchos, que resbalan o simplemente que no podemos mover. Pero también contaremos con otros que nos ayudarán. Es meritorio cómo han sabido intercalar a esa narrativa esta parte de puzles, frenéticos y contrarreloj, que te pondrán en tensión. Puzles que no son sencillos pero, para no entorpecer el avance de la historia, nos permiten rebobinar o incluso de optar por el modo seguro, que facilita el ascenso y elimina la opción de morir.
Lastima que todos los puzles me han parecido demasiado similares, quizá una mayor progresión y no solo la dificultad que generan los nuevos bloques, le hubieran dado una mayor variedad que, personalmente, creo que le hubiera sentado muy bien.
Pero hay mucho más que simplemente escalar y escapar. Al llegar a la cima podremos hablar con otros carneros que nos contarán sus penas, podremos guardar la partida y lo mejor: el confesionario. Cada noche tendremos una serie de preguntas que responder y deberemos hacerlo con total sinceridad. Preguntas sobre el compromiso y las relaciones que influirán sobre el desenlace de la historia. Además, al final de cada nivel podremos comprobar los porcentajes de respuestas que otros jugadores han respondido, diferenciando respuestas de hombres y mujeres.
Catherine: Full Body es uno de esos títulos que todo el mundo debería probar. Una historia que puede no ser del agrado de todo el mundo pero que es pionera y se siente muy fresca a pesar de sus años. De hecho, decir que trata de las relaciones de pareja, en general, es solo una excusa. Claramente el título apuesta por tratar el cliché de los hombres y el compromiso vs la infidelidad. Ya al inicio del juego nos hacen elegir la voz de Catherine, una mujer que bien podría ser el sueño de muchos hombres (y mujeres), de entre muchas voces estereotipadas que gustan a los hombres.
Me parece singular la forma en la que Catherine: Full Body juega con ideas y conceptos antagónicos: el día y la noche, la vida y la muerte, el amor y la infidelidad, vivir y soñar. Durante el día iremos descubriendo un poco más de Vincent, ese niñato irresponsable, pusilánime y que de inicio cuesta identificarse con el. Pero Atlus hace un trabajo tan sublime e inteligente que te atrapará en su trama hasta hacerte dudar, o por lo menos plantear, acerca de todo lo que creías tener claro. Quizá no acabes compartiendo las ideas o acciones de Vincent, pero desde luego te cambiará la forma de juzgarlo.
Esta versión remasterizada es toda una oportunidad para dejarse perder ya sea en su estrambótica historia como en sus acelerados puzles y todo ello acompañado de una música simplemente increíble a cargo de Shoji Meguro (os recuerdo que detrás de Atlus tenemos sagas como Persona) y que podéis escuchar en Spotify. Tenemos los modos, Babel, que permite jugar al online y el Colosseum, que competiremos en multijugador local ya accesibles desde el inicio. Por último tenemos el modo Arena Online que nos permitirá retarnos con otros jugadores. Por cierto, los textos vienen totalmente traducidos al castellano, algo que se agradece.
¿Qué harías si te encontrases en la situación de Vincent? Quizá la respuesta no es tan obvia como crees.